LOS BANCOS DE IMAGENES
Los ‘bancos de imágenes’ fueron un invento típicamente norteamericano que comenzó de manera tímida y acabó arrasando mundialmente entre 1990 y 2005 (recordemos el poderío de Image Bank). Pero la aparición de Internet acabó con la extraordinaria rentabilidad del invento, efectos demoledores de la evolución tecnológica, ley de vida. Lo viví situado en primera línea.
Mi primera agencia fue AGE FotoStock, de Barcelona, a finales de los 80. Luego fui incorporando nuevos agentes, cada uno me representaba en su país: Londres, Frankfurt, Tokio, Melbourne, Milan, Nueva York. Así pasé unos años hasta que la proximidad y confianza, el crecimiento y la capacidad empresarial de Alfonso Gutiérrez, CEO de AGE, acabó convenciéndome para que dejara a los demás y cerrara una exclusiva mundial con él. Mi agente alemán me advirtió de que no era buena idea poner todas las manzanas en el mismo cesto.
Pero yo tenía la intuición de que este iba a ser un buen cesto, y no me equivoqué. Unos años más tarde estábamos vendiendo en 30 países. Era la época de los catálogos impresos. A mediados de los 90 las estadísticas decían que se estaba vendiendo una foto mía cada 40 minutos en algún lugar del mundo. En 2000 AGE inauguró su sede en Nueva York, en Manhattan, y celebramos el acontecimiento con unos mittings de presentación y fiesta en los salones del Hotel Marriott, situado en una de las torres gemelas, justo un año antes del atentado. Creíamos que nos habíamos convertido en los “putos amos” y, sin embargo, a partir de aquel momento la curva ascendente del éxito y rentabilidad de las producciones de stock iba a iniciar su descenso. El nuevo sistema de mercado, Internet, había comenzado a cambiar las cosas. De todos modos, fue bello mientras duró.
Aquí presento una mínima muestra de material que, en la década de los 90, estuvimos lanzando a los mercados internacionales.