MANHATTAN
PUZZLE

El atentado terrorista del 11 de septiembre de 2001 sobre las Torres Gemelas, la lectura de Poeta en Nueva York, escrito en 1929 por un García Lorca joven que un año más tarde visita Cuba, y una serie gráfica sobre la Gran Manzana que realicé en 2000, fueron el pretexto y origen de la exposición Manhattan Puzzle,  inaugurada en mayo de 2009 en la Biblioteca Nacional de Cuba, bajo el amparo de la Embajada de España y el apoyo expreso de la Fundación Federico García Lorca.

  • Photo: Pedro Coll
  • Photo: Pedro Coll

LA IMAGEN Y LA PALABRA

Rufino del Valle

pedro coll manhattan puzzle ny 2009

El atentado terrorista del 11 de septiembre de 2001, en Nueva York, significó para el mundo entero el inicio de una nueva época.

Influenciado por ello, el fotógrafo español Pedro Coll revisó un material gráfico realizado por él un año antes en Manhattan. Aquellas imágenes, olvidadas en un cajón, acababan de adquirir otro sentido. De forma premeditada Pedro se sumerge en la lectura de “Poeta en Nueva York”, escrito en 1929 por un García Lorca joven, experimental, críptico y premonitorio. En la pantalla del ordenador comienza a trabajar con aquel material intentando aproximarse a la agresividad y la rabia de las palabras de Federico. Nos encontramos ante el siempre misterioso y mágico proceso de creación: los versos se convierten en imágenes y las imágenes en versos, toda una conexión subliminal por encima del tiempo y del espacio.

A comienzos de 2008, en una visita a La Habana, Pedro Coll me sugiere la posibilidad de una exposición sobre este tema sin ser conocedor de que acaba de aparecer en la página web de Cubarte, del Ministerio de Cultura cubano, un trabajo firmado por mi sobre la estancia del poeta granadino en Cuba, en 1930. Una casualidad que acaba marcando el tercer vértice del triángulo sobre el que se basará el proyecto: los poemas de García Lorca, las imágenes de Pedro Coll y mi investigación sobre la estancia del poeta en Cuba.

Bajo el título de MANHATTAN PUZZLE, el proyecto fotográfico fue presentado en agosto de 2008 a la dirección de la Biblioteca Nacional de Cuba, con el amparo y patrocinio de la Embajada de España y el apoyo expreso de la Fundación Federico García Lorca; fue aceptado y fijada la fecha de inauguración para el 22 de mayo de 2009.

Pero retrocedamos en el tiempo. En la última carta que remitiera el poeta y escritor andaluz desde Nueva York a su familia en España, con fecha 30 de enero de 1930, dice: “ya es seguro que voy a Cuba en el mes de marzo. Onis me ha arreglado el viaje, allí daré ocho o diez conferencias...”. En su equipaje hacia La Habana, Federico lleva el manuscrito de una de sus obras más carismáticas: “Poeta en Nueva York”.

Federico García Lorca había sido invitado a Cuba por la Asociación Hispano Cubana de Cultura, que presidía Fernando Ortiz. y efectivamente impartió varias conferencias con el apoyo de intelectuales cubanos como José María Chacón y Calvo y los hermanos Loynaz del Castillo.

Visitó ciudades como Caimito, Santiago de las Vegas y Varadero, estuvo en el Valle de Yumurií, en Matanzas, y en el de Viñales en Pinar del Río. A finales de mayo llega a Santiago de Cuba, hospedándose en el Hotel Venus, y allí ofrece la conferencia “Mecánica de la nueva poesía”. Durante estos días fue retratado en Puerto Boniato, a las afueras de Santiago, y en La Habana, Mariel y Cienfuegos. El autor de las fotografías fue Chacón y Calvo, quien imprimió las imágenes en el estudio American Photo Co, de la calle Maceo 16, en Remedios, y que fueron conservadas durante un tiempo por Domínguez Arbelo.

En la víspera de su partida, la “Revista de Avance” lo despidió con una comida en el Hotel Bristol de La Habana y un discurso del escritor cubano Jorge Mañach. A su regreso a España, Lorca ya había terminado el último capítulo de “Poeta en Nueva York” que lleva por título “El Poeta llega a La Habana”.

Pedro Coll se enfrenta a su proyecto fotográfico MANHATTAN PUZZLE alimentándose frenéticamente del espíritu de las palabras bellas, ásperas y duras de Federico en “Poeta en Nueva York". Mientras trabaja ante la pantalla de su ordenador, con la materia prima que significan los negativos disparados un año atrás, Pedro vive aquella rabia que en un pasaje del poema “Nueva York” provoca que Lorca llegue a exclamar: “Os escupo en la cara". Ninguna duda le asalta en su labor de caer sobres sus propias imágenes y trocearlas, enfrentarlas, maltratarlas... con tal de alcanzar el grito silencioso que pretende ser, como imagen final, cada una de las quince piezas que conforman esta exposición.

Para Pedro Coll, la imagen fotográfica es “la configuración plástica de la palabra”. Siempre ha dicho que su fotografía se enraíza más en el mundo de lo literario que en el de la plástica pictórica. Cita a Vittorio Gassman que, en una de sus últimas entrevistas, dijo: “Odio la muerte porque significa la pérdida de la palabra, y yo amo la palabra…”. Pedro ama la imagen tanto como la palabra. En su mundo intenor la imagen busca siempre la palabra, o viceversa, y ambas se vinculan e interactivan para conformar una sutil herramienta que le permite algo tan sencillo y vital como es expresarse.

Los fotógrafos son, somos, fotógrafos por necesidad, difícilmente podríamos hacer otra cosa. Nos pasamos la vida observando, cazando instantes, capturando recuerdos, para luego transmitirlos, aunque sea en forma de acertijo o de enigmático rompecabezas.


Rufino del Valle. Historiador de la Fotografía Cubana, especialista en la Fototeca de Cuba.
Ciudad de La Habana, mayo de 2009

Search